¿Te has encontrado mirándote al espejo y pensar: “Esta no soy yo”?
Ese sentimiento agobiador de no reconocerte a ti misma porque los celos te han poseido.
Entiendes que tus celos no son razonables y, a la vez, sientes que no puedes evitarlo. Dicen los expertos, que los pensamientos son propuestas del cerebro. El problema es cuando les asignamos un valor de verdad. Nuestro cuerpo no distingue entre realidad e imaginación, responde a ambos de la misma manera.
Entonces, sentir celos es como una montaña rusa emocional donde el miedo y la inseguridad te arrastran cuesta abajo. Es horrible, y difícil de controlar.
Si te sientes identificada, primero respira hondo. No estás sola en esto, y lo más importante, hay solución.
Nuestro cerebro, a veces, también nos juega trucos y nos hace creer que estamos en peligro cuando en realidad no lo estamos. Entonces es momento de parar, y empezar de nuevo.
Pero aquí estamos, listos para darte 5 consejos prácticos que te ayudarán a reconstruir la confianza en ti misma y en tu relación. Porque, al final del día, todas merecemos vivir un amor sano y libre de tormentas mentales.
5 consejos para salir del circulo vicioso de los celos
1) Distingue entre tú y tu pareja: son dos personas diferentes
Sé que esto puede parecer algo extremadamente evidente y casi absurdo aclararlo, pero merece la pena profundizar.
Solía pasarme con mi pareja que hacía a veces comentarios poco felices, que me alteraban. Lo que pasaba es que para él eran sencillas bromas, pero tocaban alguna fibra mía que hacía que todos mis fantasmas despertaran. Los desamores pasados de repente aparecían en la superficie y mi temor al rechazo se transformaba en enojo.
Con el tiempo pude aprender a separar y dejar de interpretar todo lo que él decía. A veces hay que aprender a pensar un poco menos.
Todos llevamos nuestro propio equipaje a cuestas, experiencias, y formas de actuar y de reaccionar.
Y en realidad no tiene sentido esperar que nuestra pareja actúe o piense de una manera específica. Porque cuando no lo hagan, sentiremos que algo va mal o que no nos quieren lo suficiente.
Pero aquí está el quid: tu pareja es una entidad separada, con sus propios pensamientos, sentimientos y motivaciones. No siempre van a actuar de la forma que esperas o quieres, y eso no tiene nada que ver con cuánto te quieran o valoren.
¿Qué puedes hacer?
La próxima vez que sientas que tus celos se disparan porque tu pareja no actuó como esperabas, o dijo algo que podría malinterpretarse, hazte las siguientes preguntas: “¿Estoy esperando que él actúe según mis propios parámetros y experiencias? ¿Puedo entender y aceptar que tiene sus propias razones para actuar de esa manera, aunque no las comparta?”
Reflexionar sobre estas preguntas te ayudará a aceptar y valorar las diferencias, en lugar de verlas como amenazas. El amor verdadero radica en el respeto y la aceptación de esas diferencias, sin intentar cambiarlas.
2) Trabaja en tu auto-conciencia y autoestima
La mayoría de las veces, los celos no son solo acerca de la otra persona, sino que se trata más de ti misma y de cómo te sientes en relación con los demás. Salvo que salgas con un mujeriego empedernido y sepas a ciencia cierta que seduce a otras mujeres. Eso es tema de otro artículo.
Pero si tus celos no tienen un fundamento real, puede ser que los comentarios o acciones de tu pareja simplemente activen inseguridades que ya tenías.
Para enfrentar los celos, es crucial trabajar en fortalecer tu propia autoestima y entender tus propios valores y auto-imagen.
Es probable que en el fondo, no te sientas lo suficientemente buena, atractiva o valiosa.
Al reconocer que estos sentimientos y pensamientos son tuyos y que no reflejan la realidad de tu relación actual, te darás cuenta de que no necesitas sentir celos para protegerte o para afirmar tu valor.
¿Qué puedes hacer?
Dedica tiempo para ti misma.
Haz actividades que te hagan sentir bien y te recuerden lo valiosa que eres. Leer un libro, practicar algún deporte, meditar o incluso acudir a terapia puede ayudarte a resolver esas inseguridades más profundas.
Además, habla con tu pareja sobre tus inseguridades. La comunicación abierta puede hacer maravillas en ayudarte a sentirte más segura y entendida en tu relación.
Por otro lado, aprender a valorarte a ti misma, más allá de lo que los demás piensen o digan, es esencial para liberarte del peso de los celos.
3) Evita las discusiones y conversa con tu pareja sobre lo que sientes
Los celos, en muchas ocasiones, nacen de suposiciones y malentendidos. Y cuando asumimos algo y nos ponemos en posición defensiva nada bueno puede salir de ahí.
Muchas veces sucede que interpretamos una situación de una manera, mientras que nuestra pareja la ve de manera completamente diferente.
Sin una comunicación clara y abierta, es fácil caer en el ciclo de asumir lo peor y permitir que los celos tomen el control.
Si alguna vez te encuentras sintiendo celos debido a algo que tu pareja hizo o dijo, en lugar de guardar esos sentimientos y dejar que crezcan dentro de ti, habla con él al respecto.
No desde un lugar de acusación, sino desde un lugar de deseo de entender y ser entendido.
¿Qué puedes hacer?
Practica la comunicación asertiva. Esto significa expresar tus sentimientos y preocupaciones de manera abierta, honesta y respetuosa.
En lugar de decir, “¡Siempre hablas con otras mujeres e ignoras mis sentimientos!”, podrías decir, “Me sentí un poco desplazada cuando estabas conversando con esa persona en la fiesta. ¿Podemos hablar sobre eso?”.
Al enmarcar la conversación de esta manera, le das a tu pareja la oportunidad de explicar su perspectiva sin sentirse atacado, y juntos pueden encontrar una solución que les funcione a ambos.
4) Toma un poco de distancia voluntaria
Si sientes un extremo miedo a perderlo, entonces a veces la decisión correcta es justamente enfrentar ese miedo. ¿Cómo? Tomando distancia.
Un espacio y tiempo para ti misma puede ser justamente lo que necesitas para trabajar tus celos.
Contrario a lo que tu mente podría sugerirte (estar más cerca y vigilarlo), tomar un paso atrás te permite reflexionar, recalibrar y ganar perspectiva.
No estoy hablando de distanciarte de la relación, sino de darte un tiempo para ti.
Esta pausa te permitirá centrarte en tus propios intereses, hobbies y amistades, reforzando tu identidad individual.
Y, al regresar a tu pareja, te encontrarás en una posición más clara y calmada para abordar cualquier inquietud o sentimiento.
¿Qué puedes hacer?
Establece momentos “solo para ti” regularmente.
Ya sea una tarde de lectura, una caminata, o simplemente un rato en silencio meditando.
Este espacio personal te ayudará a conectarte contigo misma, recordando que tienes el control sobre tus emociones y que no necesitas a tu pareja para ser feliz. De esta manera comenzaras a salir de la dependencia emocional.
5) Evita la profecía autocumplida cambiando la historia que te cuentas
Nuestro cerebro es un experto en construir historias y fantasías.
A veces, estas historias se basan más en miedos que en realidades.
Las profecías autocumplidas ocurren cuando nuestras expectativas o temores sobre un evento provocan que ese evento realmente suceda. Si constantemente piensas que tu pareja te va a dejar, puedes actuar de forma que, sin querer, empujes esa realidad.
¿Qué puedes hacer?
Desafía esos pensamientos negativos y cambia tu narrativa interna. En lugar de prever el peor escenario, enfócate en el presente y en construir un futuro positivo juntos.
Este giro en tu mentalidad no solo aliviará tus inseguridades, sino que también establecerá una dinámica más saludable en la relación.
Palabras finales
A pesar de que los celos son tan incómodos, también pueden ser una invitación a mirarnos más profundamente.
Si bien es esencial abordar y manejar estos sentimientos para mantener una relación sana, también es una oportunidad para crecer personalmente.
Cada vez que enfrentamos nuestros miedos e inseguridades, descubrimos más sobre nosotros mismos y lo que valoramos en una relación.
Recuerda que una relación sana se basa en la confianza, el respeto mutuo y el amor genuino. Los celos pueden ser una señal para reevaluar cómo nos vemos a nosotros mismos y cómo nos relacionamos con los demás.
Así que, en lugar de verlos como un enemigo, considéralos como un maestro, uno que te empuja hacia la autocomprensión y la autotransformación. Y en última instancia si sientes que no logras superarlos sola, acude a un profesional, la terapia puede ser muy efectiva y aliviarte en situaciones donde no puedes frenar la mente.
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