Todos sabemos que la vida familiar puede ser difícil a veces, pero si has llegado a pensar “mi familia no me quiere” podría ser una señal de alerta.
¿La forma en que se comporta tu familia contigo hace que dudes si realmente les importas?
Sentir que tu familia te ignora, no te respeta o no te ama, es increíblemente doloroso. Incluso, puede que te sientas como la oveja negra de la familia. No importa lo que hagas, nunca eres lo suficientemente bueno.
Quizás pienses que has sido criado por narcisistas, que no están interesados en ti, ni en tu vida en absoluto. Pero no todo está perdido. Hay pasos que puedes realizar ahora mismo para mejorar tus lazos familiares y así ya no te sientas como una víctima por cómo se comportan contigo.
En este artículo, primero analizaremos 18 señales reveladoras de que a tu familia no le importas. Luego veremos 6 pasos para lidiar con ello.
18 signos de un ambiente familiar tóxico
1) Ignoran tus límites
Los límites son los que ayudan a que las relaciones sanas funcionen.
Si bien es bueno sentirse cerca de tu familiar, trazar límites sobre lo que es aceptable y lo que no es para ti, también es muy importante.
Los límites pueden incluir conocimientos prácticos sobre cosas como la frecuencia con la que estarás en contacto o los visitarás.
También pueden ser emocionales. Por ejemplo, lo que decides compartir con un miembro de la familia o ciertos temas que es mejor que no se discutan.
Si tu familia ignora por completo cualquier límite que hayas establecido, puede parecer una clara señal de falta de respeto hacia ti.
2) Son negligentes o abusivos
Esto puede venir en diferentes formas.
Si un miembro de tu familia abusa físicamente de ti, esto es claramente inaceptable y no es algo con lo que debas lidiar solo.
Si bien siempre debes buscar ayuda y nunca tolerar el abuso físico, también es importante reconocer el abuso verbal o emocional.
Los gritos constantes, la manipulación, las amenazas y el acoso también son signos de abuso. Esto puede hacerte sentir que tu familiar no se preocupa por ti.
3) Siempre se priorizan a sí mismos y no parece importarles lo que sucede en tu vida
¿Notas que cada conversación que tienen se trata siempre sobre ellos?
Quizás cada vez que te encuentras con ellos hablan durante horas sobre sus problemas o dramas, pero se interesan muy poco por lo que tú puedes estar atravesando.
Los miembros egoístas de la familia tienen la costumbre de hacer que todo trate sobre ellos, sin hacer preguntas sobre cómo estás tú.
4) Te dejan afuera
Una de las cosas que puede estar haciéndote sentir aislado de tu familia, es que parece que te dejan de lado.
Esto puede suceder especialmente cuando otros miembros de la familia disfrutan de un vínculo más estrecho entre ellos.
Quizás durante mucho tiempo has sentido que tu papá y tu hermana son muy unidos y él siempre la ha preferido a ella.
Incluso, puede ser que seas el último en conocer información importante o que nunca te inviten a reuniones familiares. Esto hace que sea difícil sentirse cercano a alguien.
Te sientes como si estuvieras afuera mirando desde una ventana lo que tu familia hace adentro.
5) Siempre están cancelando planes o decepcionándote
Muchas veces terminamos tolerando comportamientos de nuestras familias, que no aceptaríamos de un amigo o de alguien con quien salimos.
Estar decepcionándote constantemente en el último minuto o hacer planes con tu familia, solo para que se echen atrás, puede doler.
Es cierto que de vez en cuando pueden surgir imprevistos. Pero si tu familia te pone generalmente en último lugar, es una clara señal de que no eres una prioridad para ellos. La realidad es que normalmente la familia es la prioridad.
6) No hacen tiempo para ti
Es cierto que la vida de hoy en día es muy atareada, pero es que es importante hacerse tiempo para las personas que amamos.
En tu caso, puedes percibir que ciertos miembros de tu familia siempre están demasiado ocupados para llamarte, registrarte o reunirse contigo.
Si siempre tienen una excusa lista, ya sea sobre el trabajo, otras personas o quehaceres que deben realizar, es posible que te preguntes, por qué no te extrañan tanto, como tú los extrañas a ellos.
Incluso, cuando los demás no dedican tiempo para ti, puedes sentir que no vales nada.
7) Nunca están presentes para celebraciones importantes
Los momentos significativos en nuestra vida son comprensiblemente importantes para nosotros.
Probablemente recuerdes las navidades en las que tus padres estuvieron ausentes, los tíos “no pudieron asistir” a la boda, o los hermanos que se olvidaron de llamarte el día de tu cumpleaños.
No todos los días son iguales y cuando los miembros de tu familia no se esfuerzan mucho en los días más importantes de tu vida, duele.
8) Solo se ponen en contacto contigo, cuando quieren algo
Te perdiste una llamada de la prima Paula… Esto solo puede significar una cosa: seguramente quiere algo de ti.
Tú eres la primera persona a la que llaman, cuando necesitan recoger algo de la tienda, necesitan empacar para una gran mudanza o les falta un poco de dinero para llegar a fin de mes y les vendría bien un préstamo por tu parte. Pero el resto del tiempo, tú no sabes nada de ellos.
Es normal sentirse usado, cuando sucede esto.
9) Compiten contigo
Todos hemos oído hablar de la rivalidad entre hermanos, pero esto va mucho más allá de “el último en llegar al auto es un huevo podrido”.
No hay nada de malo en una pequeña dosis de competencia sana: nos anima a dar lo mejor de nosotros y nos impulsa a ir hacia adelante.
Pero, al mismo tiempo, nuestras familias idealmente deberían ser nuestras mayores animadoras.
Si los tuyos siempre están tratando de ganarte, superar tus logros personales para parecer superiores o de alguna manera tratar de obstaculizarte en lo que quieres alcanzar, es una señal de alerta de un comportamiento tóxico.
10) No importa lo que logres, nunca te reconocen
¿Recibir un “bien hecho”, “buen trabajo” o “felicitación por tu logro” por parte de tu familia es casi imposible?
Simplemente no hay forma de complacer a estas personas. No importa lo que hagas, tu ardua labor pasará desapercibido.
Si bien no deberías necesitar elogios constantes de tus seres queridos para sentirte bien contigo mismo, es comprensible que todos queramos sentir que nuestras familias están orgullosas de nosotros. Especialmente en momentos en que lo hemos hecho particularmente bien.
11) Siempre te están criticando
No recibir elogios es una cosa, pero ser criticado constantemente es aún peor.
La retroalimentación constructiva en la vida puede ser útil en ciertas situaciones. Pero la crítica desmedida no lo es.
Un ejemplo puede ser que te comparan con otras personas y te preguntan “¿por qué no puedes ser más como ellos?” o hacer comentarios desagradables sobre lo que llevas puesto cada vez que te ven.
12) Constantemente reaccionan de manera exagerada
Tener una relación con alguien que se sale de control es agotador.
Quizás sientas miedo de contarles cosas a ciertos miembros de la familia por temor a cómo reaccionarán.
Siempre sientes que tienes que ocultar lo que está sucediendo para mantener la paz en el momento que te encuentras con ellos.
Vivir bajo la potencial amenaza de una reacción desproporcionada genera tensión y dificulta la comunicación.
13) Ellos son controladores y te fuerzan a hacer cosas que no quieres
En lugar de respetar tus elecciones de vida y apoyarte, sientes que tu familia siempre está tratando de manipularte para que haga lo que quieren.
En ocasiones, cuando los padres u otros familiares creen que saben lo que es mejor para ti, pueden terminar tratando de forzar tu voluntad para que hagas lo que a ellos les parece, en lugar de dejarte vivir tu propia vida.
Cuando esto sucede, puedes sentirte manipulado o empujado a hacer cosas que realmente no quiere hacer, y, al mismo tiempo, sentirte egoísta, si dice que no a sus demandas.
14) Intentan hacerte sentir culpable, cuando antepones tus necesidades a las de ellos
La culpa es una emoción poderosa…
Por supuesto, amas a tu mamá. Pero eso no significa que puedas dejarlo todo y salir corriendo, cada vez que ella te lo pida.
Si alguien trata de hacerte sentir responsable por el mismo, ya sea de manera práctica o emocional, es una señal de que está tratando de manipularte.
15) No te sientes amado
Todas las familias tienen sus altibajos. No siempre nos podemos llevar bien con todos.
Pero a pesar de lo que suceda dentro de tu familia, siempre debes sentir que, en el fondo, te aman.
Cada uno tiene diferentes lenguajes para el amor. Algunos se sienten cómodos pronunciando palabras de cariño. Otros prefieren demostrar cómo se sienten regalando su tiempo, atención e incluso regalos.
Cualquiera que sea el lenguaje de amor que puedan usar, si tu familia no puede mostrarte o decirte que te aman, es una señal significativa de una relación disfuncional.
16) No les interesa lo que piensas
¿Te gritan cada vez que expones tus pensamientos sobre un tema?
¿Tus ideas o sugerencias siempre parecen caer en oídos sordos?
Si tus opiniones son descartadas de forma rutinaria, esto podría estar indicando que los miembros de tu familia no respetan ni valoran lo que tienes que decir.
17) Te dicen que estás loco y que estás imaginando cosas
Son juegos mentales astutos…
Estás siendo manipulado y coaccionado mediante el sentimiento de que todo está en tu cabeza.
En este tipo de situación tu familia sugiere que sólo estás siendo demasiado sensible, lo estás imaginando todo o siempre te echan la culpa a ti. Pero la verdad no es esa.
18) Ellos no comparten contigo
Tan cursi como suena, compartir realmente es cuidar del otro.
Se puede compartir de muchas maneras y ciertamente no siempre tiene que ser de una forma materialista.
Por supuesto, podría ser compartir las cosas que tenemos en la vida, ya sea una comida que hayamos preparado o prestar algo que poseemos.
Pero compartir nuestros sentimientos y pensamientos es también como creamos lazos afectivos.
Lo que elegimos compartir con las personas en nuestras vidas demuestra cuán cercanas nos sentimos de ellas.
¿Qué hacer cuando no te sientes bien con tu familia?
1) Niégate a ser la víctima
Lo bueno de las luchas de poder es que siempre se necesita más de una persona para crearlas.
A menudo nos sentimos a merced de los demás. Pensamos que cómo nos sentimos es una consecuencia inevitable de lo que la otra persona nos dice o hace con nosotros.
Pero en realidad, nosotros les damos ese poder. Es tu propia mente la que crea el sufrimiento que experimentas.
En su libro “El hombre en busca de sentido”, Viktor Frankl comparte sus experiencias como prisionero en los campos de concentración nazis, durante la Segunda Guerra Mundial.
Incluso en las condiciones más terribles, con poco control sobre su propia vida, concluyó que siempre tenía la libertad de elegir el significado que daba a los eventos que le sucedían.
Tan pronto como dejes de verte a ti mismo como una víctima, podrás recuperar el control de tus propias emociones.
2) Dejar atrás el pasado para romper patrones
Los viejos hábitos son difíciles de dejar y muchos de los patrones destructivos que continúan en nuestras familias han existido durante años, quizás en algún caso por décadas.
La manera en la que te encuentras con los miembros de tu familia en el presente puede estar influenciada por comportamientos obsoletos establecidos en la infancia.
Las formas tóxicas de interactuar como familia, a menudo se transmiten de generación en generación, lo que nos mantiene atrapados en un ciclo repetitivo.
Una vez que nos damos cuenta de los patrones poco saludables que tenemos, podemos decidir conscientemente romper con esos ciclos.
Puede significar dejar ir lo que sucedió en el pasado. Es posible que para esto necesites perdonar y olvidar. También liberar cualquier ira o dolor al que te hayas estado aferrando.
Pero independientemente de lo que haya sucedido antes, es importante asumir la responsabilidad de nosotros mismos aquí y ahora.
Dependiendo de tu situación, esto podría significar hacer borrón y cuenta nueva para avanzar hacia un futuro más brillante.
3) Comunícate y crea límites
Cuando nos enfrentamos a situaciones cargadas de emociones, nos puede resultar increíblemente difícil abrirnos sobre cómo nos sentimos realmente.
Sin duda, es un lugar vulnerable donde encontrarse. Pero debes recordar que la comunicación honesta está en el corazón de todas las relaciones saludables.
No importa cuán incómodo se sienta o cuánto te preocupe lo que puedan decir. Lo realmente importante es tener una conversación abierta con tu familia sobre cómo te sientes en verdad.
Trata de mantener las cosas lo más neutrales posible, en lugar de echar culpas. Todos tendemos a ponernos a la defensiva, cuando nos sentimos atacados.
Tal vez tus padres, hermana, hermano, tía, tío, primo, u otro familiar, no sabían el impacto que estaban provocando en ti.
Una vez que hayas expresado cómo te sientes, puedes establecer algunas reglas básicas comunes para seguir adelante.
Depende de ti decidir lo que tolerará y lo que no en tu propia vida. Sé claro con los demás al respecto y hazlo cumplir cuando alguien se pase de la raya.
4) Toma la iniciativa para crear la relación que deseas
Hablar es importante, pero también lo es tomar acción sobre lo que quieres.
Una vez que hayas identificado áreas de tu relación con un miembro de la familia que te gustaría que fueran diferentes, piensa en algunos pasos prácticos que puedes tomar para cambiar eso.
Si deseas que tú y tu hermano hagan más cosas juntos, solo ustedes dos, planea una salida e invítalo.
Si quieres hablar más a menudo con tu papá, toma la decisión de llamarlo una vez a la semana.
En lugar de esperar a que alguien más en tu familia actúe de manera diferente, debes dar el ejemplo y tomar la iniciativa.
Adicionalmente, resístete a llevar la cuenta de lo que cree que es justo. Pensar “Los visité tres veces seguidas y todavía no han venido a verme” no te llevará muy lejos.
Por la razón que sea, no todos tenemos lo mismo para dar en la vida. Lo que importa es que estás dando lo que tú si puedes.
La realidad puede ser que tú tenga mejores herramientas de vida para ayudar a crear relaciones más sólidas que otra persona.
Si decirle a alguien que lo amas te resulta más fácil, ¿por qué no hacerlo? Tal vez a la persona a la que se lo estás diciendo le resulte mucho más difícil hacerlo.
Mira los lugares donde tu propio orgullo podría estar interfiriendo y pregúntate:
¿Qué es más importante para mí: tener razón o ser feliz?
Reflexiones finales
No hay duda de que manejar personas tóxicas dentro de tu propia familia puede causarte mucho estrés y ansiedad.
Ya sabes lo que dicen: puedes elegir a tus amigos, pero no a tu familia.
Para bien o para mal, las relaciones familiares que tenemos nos moldean significativamente. La buena noticia es que también son mucho más resistentes de lo que imaginamos.
Además, es importante ser paciente y amoroso, no solo con los demás, sino principalmente contigo mismo, cuando intentas crear cambios positivos en tus relaciones familiares.
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